Lo que me gustómuchas cosas me gustaron..al final. En retrospectiva. La lectura se me hizo difícil, angustiante. La protagonista se dedica a enviar cartas a ciertas personalidades famosas, y sus elecciones parecen ser pistas sobre lo que le pasa. La protagonista decide empezar secundaria lejos de su casa, lejos de la secundaria a la que fue su hermana, ella quiere estar lejos de su recuerdo. Su hermana murió.
Con el correr de las cartas uno va a poder ir viendo qué es lo que Laurel siente, angustia, impotencia, culpa, y por qué. Sus padres, divorciados, no han podido apoyarla y no han logrado que ella no se sienta mal por lo que pasó. Ella es la única que estuvo la noche que su hermana murió.
A medida que vas llegando al final, las cartas son cada vez menos intensas, más liberadoras, para uno y para la protagonista.
Eso es algo que me gustó mucho del libro, que la angustia del principio y la terapia que ella hizo a través de las cartas generó en mi interior una situación igual. Hacía mucho que no leía un libro tan intenso, que me generara tanta empatía un personaje. No que me gustara el personaje, sino que básicamente la compadecía.
También me dejó la intriga de por qué habrá elegido a los personajes (es decir, por qué la autora los eligió, porque en el libro ella les cuenta más o menos porque los elige) Kurt Cobain, Amy Winehouse, Jim Morrison, Judy Garland, Janis Joplin, entre otros..
Qué no me gustó,
es justo lo que me gustó, lo que a la vez no me gustó. El libro me resultó muy intenso. Tanto que iba leyendo en el colectivo y tenía que parar de leer para contener las lágrimas. Será cosa mía, y a pesar de que me pusiera así me hace destacar el libro entre mis lecturas.
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